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Cama balinesa de jardín – Un lujo que todos pueden darse

cama balinesa de jardín

Si buscas un mueble que sea al mismo tiempo cómodo para relajarte un rato o hacer una siesta, agradable a la vista y con un toque exótico de cuento de las mil y una noches, te conviene adquirir una cama balinesa de jardín pronto. Su poder es tal que en tu mente, al reclinarte en ella, eres trasladado a un paradisiaco lugar en el que siempre brilla el sol y, en el cual, conectarse y vivir en armonía con la naturaleza es posible.

La inspiración de estos muebles, diseñados para compartir en grupo o en pareja, proviene de la isla de Bali en Indonesia, hermoso paraje que invita al descanso al aire libre. Hoy es común encontrarlas en la zona alrededor de las piscinas de los hoteles más lujosos o en los jardines de los famosos, creando una atmósfera chillout que motiva a tomar una copa, hablar con los amigos, leer un libro o escuchar música relajadamente.

Características de las camas balinesas

Lo primero que necesitas saber es que no requieres ser acaudalado para tener una. En la actualidad se han hecho tan populares que sus precios se volvieron muy asequibles. Por ejemplo, con objeto de combatir el estrés se usan en diversos procedimientos terapéuticos. Eso sí, ya sea que se coloquen en el exterior o dentro de la casa, se ven mucho mejor cuando el espacio es amplio.

Se trata de estructuras metálicas o lígneas con uno o varios colchones forrados con materiales resistentes al sol y a los ambientes marinos; pero, cómodos para disfrutar de largos períodos recostados en ellos. Unos modelos tienen el dosel cortinado proveyendo privacidad y protegiendo a sus ocupantes de la brisa. Los textiles preferidos son el lino y el algodón por su textura suave y fresca.

Por lo general son blancas, aunque también hay marrones según el tono de la madera utilizada en su elaboración. Se utilizan con muchos cojines que de distintos colores y combinados con las sábanas crean un ambiente festivo. Las más versátiles se ajustan a diferentes posiciones independientes; de ese modo algunos de los ocupantes pueden estar sentados o inclinados, mientras otros se acuestan.