Lo que debes hacer si inhalaste amianto
El amianto es utilizado frecuentemente en el área de la construcción y a nivel industrial, pero que desde hace unas décadas se descubrió la peligrosa influencia de este en el padecimiento de enfermedades entre las que figura el cáncer pulmonar.
Ahora bien, a pesar de que el carácter peligroso de este material es bien conocido, aún existen casas, oficinas y demás establecimientos que contienen este elemento como parte de su estructura, quedando expuestos a él todos aquellos que convivan o trabajen en dichos lugares.
De igual forma, los trabajadores que, por su oficio, se ven obligados a entrar en contacto con este material, si no observan al pie de la letra las normas de seguridad y hacen uso correcto de los equipos de protección personal, se exponen severamente a las consecuencias de estar expuestos a él.
Ahora bien, una vez que hemos reconocido que estamos en riesgo de estar vulnerables ante el amianto, lo principal y de forma inmediata, es acudir a un médico, sin que la falta de síntomas nos haga postergar esta importante consulta.
Enemigo silencioso
La recomendación de ir inmediatamente al médico no está para nada fuera de lugar. Seguramente pensaremos que no es mucho lo que inhalamos, pero lo que la mayoría desconoce, es que las consecuencias de la exposición a los agentes de este material se manifiestan entre 10 y 20 años después de mantenerse en contacto con él.
En este tiempo, el amianto irá deteriorando progresiva y silenciosamente nuestro organismo, para sorprendernos posteriormente con la aparición de los síntomas de enfermedades en el sistema respiratorio. Por ello, lo más recomendable, aunque no sintamos ningún cambio, es consultar a un médico.
A través de su orientación, sabremos cuáles hábitos, como el fumar, debemos empezar a dejar y a qué medidas recurrir para protegernos.
Así mismo, bastará con hacernos radiografías torácicas cada 3 o 5 años para mantenernos atentos a los efectos que la exposición al amianto pudiera estar causando en nosotros.
Si sabemos ser precavidos, el contacto con el amianto no será motivo para alarmarnos. Pero si, por el contrario, dejamos pasar el tiempo sin seguir las recomendaciones médicas, tal vez tengamos de qué preocuparnos.