Injerto capilar, recomendaciones a tomar antes del procedimiento
Incluso con los muchos avances quirúrgicos que se han hecho a lo largo de los años, todas las cirugías de injerto capilar implican algún nivel de riesgo, por lo que requieren que los pacientes sigan todas las instrucciones que se les han dado antes y después del procedimiento. La estricta observancia de las instrucciones de cuidados pre y postoperatorios puede reducir el riesgo de complicaciones y aumentar la probabilidad de que los resultados sean exitosos.
Las instrucciones preoperatorias variarán de un paciente a otro, dependiendo de las necesidades individuales y del tratamiento específico que se esté realizando. Para la mayoría de los procedimientos quirúrgicos, incluyendo la extracción de unidades foliculares (FUE), algunas pautas generales incluyen:
Los diluyentes de la sangre y otros tipos de medicación necesitarán ser evitados por cerca de dos semanas antes de la cirugía. Los suplementos nutricionales como el ginseng, la vitamina E, y otros también deben ser detenidos durante este período. Los médicos conversarán con usted acerca de esto una vez que su historial médico haya sido revisado y su plan de tratamiento personalizado haya sido desarrollado.
Las bebidas alcohólicas y el tabaquismo se deben detener por lo menos dos semanas antes de la cirugía de restauración del cabello, para prevenir complicaciones con el proceso de curación. La aplicación de ciertas medicinas relacionadas al factor cardiovascular tiene que ser interrumpida dentro de una semana antes de la cirugía.
Cierta precaución será necesaria con algunos tipos de beta-bloqueadores; Sin embargo, aquellos que son cardio selectivos si son aceptados para ser usados. Por lo que no es necesario detener todos los tratamientos. También debe consultar a su médico de atención primaria con cualquier preocupación que pueda tener acerca de la medicación que está tomando actualmente.
No seguir las instrucciones preoperatorias puede conducir a un aumento de sangrado durante la cirugía, lo que hace más difícil de ejecutar un injerto de pelo detallado que maximiza la densidad. Esto es especialmente difícil si se trabaja en áreas con mucho vello remanente. Además, estos pacientes metabolizan los anestésicos más rápidamente, haciendo más difícil mantener una anestesia adecuada. Esto aumentará la cantidad de inyecciones necesarias y prolongará la duración del procedimiento.